Ella va de un sitio a otro, despreocupada, sonriente. Lleva siempre esa caja en la que pone ''muy frágil''. Corre entre la gente, cruza los semáforos en rojo, sube a la montaña rusa cada día. Dice que siempre soñó con ser astronauta. Yo lo oigo todo desde aquí. Dice que le encanta la sensación de ingravidez, de velocidad, de caer al vacío. Ella ama el riesgo. Siempre, siempre lleva esa caja. El otro día saltó en paracaídas y pude sentir, incluso a través de estas paredes de cartón, esa sensación de la que siempre habla. No es tan distinto a mi día a día aquí metido.
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