Sol de febrero

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El cielo se resquebraja
entre aullidos de agonía
que parten ramas
y las ramas sangran muerte
y acechan tras cada esquina.
En el camino surgen ratas
que arrastran un cuerpo inerte
con las cuencas ya frías,
se desatan
y chillan (están vivas)
y muerden la mirada de la suerte;
no quieren alma,
no quieren arma.
Y una canción se pierde,
llena de notas vacías,
llora,
enrojecida, furiosa,
por olvidar su melodía.
Fue triste, pavorosa,
descarnada, sola, fuerte.
Ahora...
Ahora ya no hay ahora,
ya no hay mentiras,
sólo silencio demente
de mente.
Y el pasado es un porqué,
del presente una respuesta
y las ratas en la sien
y las ramas siguen muertas.

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