desidia otra noche de sábado

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No consigo comprender, ni escapar, nada. Busco alrededor y no encuentro los pasos atrás. Hace tan poco que me sentía tan bien... Ahora, mientras navego, miro al horizonte. Y no me dice nada. Mi reflejo, que se empaña con la espuma de las olas, me escupe a la cara. Me escupe que soy un amargado difrazado de mí. De una versión artificial. Deja de quejarte, joder. Me encuentro, de repente, mirando a los ojos a un animal con más garras que cerebro. Con pelaje de cuchillos. Y vuelvo a hacerlo. Escupo a mi reflejo. Hoy he vuelto a hacerlo. Y el problema no está en la añoranza. No sólo. El viento me grita la verdad. Soy incapaz de encarar nada. Hipócrita cabrón. No creo en mi. Un día más.

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