Velocidad. Mucho de lo que huir. Pocas ganas de mirar atrás. Rodando cuesta abajo. El suelo vibra. Aprendiendo solo. A caer. Y a levantarme. Las ostias duelen menos cuando nadie te sujeta. Pero son más abundantes. Rodando. Velocidad. Perdido en la música. Y el Retiro huele a rockabilly y a un blues algo triste. Un día más, Metro de Madrid invita al trayecto. Me siento bien.
Leave a comment