pasos

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Llevaba días en aquel desierto. Piedras. Suelo seco. Seguía sin entender cómo llegué allí. Seguí caminando. No había otra alternativa. A ratos sentía. Llegué a sentir que había salida. Que acabaría. Otros días sólo podía pensar en el desierto. Y otros en vidas pasadas. A ratos bien. A ratos mal. A ratos fatal. Cada pequeño charco de lluvia me hacía pensar en un oasis. Deja de soñar, me dije. Ojalá.

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