paramnesia

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Veo el mismo Seat León rojo acercarse a mi desde los dos lados de la calle. El asfalto se derrite bajo mis pies. Y las aceras. Y las señoras. Y los parques. Y el sol. Un niño sonríe con su pistola de agua recién comprada. Y su camiseta de la selección. El agua se derrite. Y las ventanas. Y los árboles. Y mis pensamientos, que no tienen tiempo de volar. Fluyen. El verano madrileño es pura rutina. Rutina líquida. Palabras. Imágenes. Sonrisas. El calor se derrite. Y yo.

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