Quiero pedir un minuto de silencio. Por todas las víctimas del terrorismo. Por todos los soldados que mueren defendiendo su patria. Por todas las víctimas de la violencia machista. Por todas las adolescentes desaparecidas. Por todos los damnificados en el Tsunami del sureste asiático. Por todos los que murieron en el terremoto de Chile. Por toda la gente que no llegó a saber que había muerto en Hirosima. Por todos los policías que mueren en el cumplimiento del deber. Por todos los judíos del holocausto. Por todos los musulmanes del nuevo holocausto. Por todos los niños soldado asustados. Por todos aquel que muere de inanición sin salir en las noticias. Por todos los Tibetanos que sufren el régimen de China. Y también por todos los Chinos. Y por todos los niños soldado orgullosos. Por todo drogadicto muerto. Por todos los suicidas. Por todos los que se inmolan por alguna causa que consideran justa. Por todos los dictadores muertos. Por todos los nazis que murieron defendiendo su patria. Por todo asesino condenado a muerte. Por todos los judíos del nuevo holocausto. Un minuto de silencio por toda persona que haya muerto o que muera en estos momentos. Un minuto de silencio por cada muerte atroz y horrible. Un minuto de silencio por cada muerte tranquila y en paz. Pido un minuto de silencio. No por todos ellos. Un minuto de silecio por cada uno de ellos. Así os callaréis. Y no tendré que volver a oiros hablar sobre muertes justas. Ni sobre muertes injustas. Hipócritas.
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