En la superficie de la piscina se reflejaba una luna casi llena. Mientras tanto, ella flotaba suavemente. Desnuda, con sus bucles dorados extendidos a su alrededor. Iluminada por la luz blanquecina de aquélla luna. Me miraba sin mirarme, mirando a un lugar a muchos kilómetros de distancia en mi dirección. Finalmente yo estaba allí. Había sido difícil. Pero lo había conseguido. No pude hacer otra cosa que sacar la cámara. Inmortalizar aquel momento. Darme la vuelta y marcharme del lugar. Ya podía leer en mi mente los titulares. Joven diva del pop muere de sobredosis en su piscina. Ya podía escuchar el dinero tintineando en mi bolsillo.
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