Caminaba por la calle completamente empapado. Como una expedición de submarinismo. Pero me gustaba pensar que era el agua la que se llenaba de mi. Me sentía conectado al mundo. Salvaje. A menudo me cuesta ponerme el traje de ciudadano. Gritar y volcar cubos de basura son sólo descosidos que me salen cuando la vida me recuerda quién manda. Al final sólo somos una serie de instintos. Puedes desnudar a una persona de su traje de hipocresía. Si crees que verás la libertad te quivocas. Verás la desprotección y necesidad. Despoja a un hombre de sus palabras. De sus florituras. De todas sus mentiras. Lo que tendrás serán sólo una serie de instintos y una vida en la que aplicarlos. Nos cubrimos con tantas capas que luego no vemos lo que tenemos ante nuestros ojos.
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