Un cuchillo de cortar el pan jamás comprenderá su función. Cortar el pan. Miro cómo está el resultado de su ignorancia. Mal. Cuchillos y dedos. Como chinos y tibetanos. De hecho me importa más lo primero. Llámame mala persona. Yo te llamaré hipócrita. Llámame gilipollas. Asentiré. Y en la calle sólo hace frío. El resto poco importa. Si miro un escaparate es sólo para ver en el reflejo cómo voy peinado. Mal. Peines y yo. Como neandertales y libros. Supongo que perder el rumbo no es sobre a dónde voy. Es sobre el camino que escojo. O no. Eso quiero creer. No lo sé. Tú tampoco.
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