Jueves de febrero, debería hacer frío. Pero el calor es insoportable y esta vez sólo hay un machete que pueda solucionarlo. Una fuente de calor y muchos puntos de inflexión. Pese a todo me calzo armadura y yelmo. Clonk. Pese al yelmo las palabras golpean mi cabeza con demasiada fuerza. Clonk. Concéntrate, no me jodas. Clonk. Mi cabeza se deshace en un amasijo de teorías rancias sobre misticismo. Todos dicen que el esfuerzo tiene como pago una recompensa. Nadie te avisa de que el esfuerzo también se paga. Desisto. Entre la cabeza y la absurda conspiración para causarme la gangrena no hay dios que trague a San Agustín. Me voy. Nadie encuentra el causante de ese molesto clonk.
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