las mañanas de luna llena

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La gente disfruta palabras que mis oídos no comprenden. Soy incapaz de gritar nada que la gente escuche. Si alguien oyese mi voz pensaría que me he vuelto loco. Siempre es mejor ser loco. Mejor que estar loco. Mejor que ser un loco. Siempre es mejor ser loco. Otros son cuerdos y nadie se queja. Las piedras de mi alma sólo llueven las mañanas de luna llena. Siempre sobre mi tejado. Siempre sobre mojado. Supongo que porque sigo esperando. Esperando a que a la vuelta de la esquina aparezca un deseo cumplido. Unos ojos que brillan todas las mañanas de luna llena, sobre mi, como piedras. Supongo que porque soy gilipollas. Soy loco. Si sus hijas supieran en lo que me convierto cada segundo que escribo estas cosas. Si lo supieran. Si lo supieran seguirían sin saber quién soy. Si lo supieran. Seguirían sin querer nada de mí. Nada conmigo. Así que cálmense, madres. Soy loco. No hay peligro.

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